Bienvenid@s a este blog que para mí sin lugar a dudas es muy especial... ¿El motivo? Que desnudo mis pensamientos



jueves, 21 de enero de 2010

¡Qué divertido ser mujer!

Estaba leiendo el mega-reportaje que sale este mes en la Cosmopolitan sobre hombres, sobre cómo se sienten siendo hombres y me ha convencido el reportaje para asegurarme que es mucho más divertido ser mujer.

Así pues voy a seguir la tónica del reportaje y voy a explicar qué pasó por mi mente, en la mente de una mujer, en momentos puntuales de mi vida.


  • La depilación: Con cera, con crema, con cuchilla,con pinzas, para las más afortunadas, con láser... En fin, mil formas de tener la piel como el culito de un bebé. A mí personalmente el tema de la depilación me aburre. Lo que más odio es el "cariño no estoy depilada" y lo digo en serio, odio esa sensación de no poder dar piruetas en la cama o hacer toda las posturas del kamasutra por el simple hecho de que no estoy depilada y me puede mi ego femenino. ¿Dejarle que vea mis melandreras? Ni loca. Pero bueno, siempre hay una solución para ese problema... Apuntarte a un gimnasio y depilarte por cojones para que no opinen tus compañeras de vesturario... aunque claro, siempre puede pasar como lo que me ocurre a mí... que la depilación brasileña a día de hoy parece que siga siendo un tema tabú y se te quedan mirando con una cara de asombro al ver tus partes que te entra ganas de decirles "Señora, si quiere se lo pongo en la cara para que lo admire mejor".
  • La menstruación: El peor momento del mes, sin lugar a dudas, la regla. Mis hormonas se revolucionan y soy insoportable. Me entra como una especie de ataque de conciencia emocional en la cual cualquier cosa me hace sentir culpable. Mis reglas son tipo "ya no estoy... he vuelto!!", es decir, viene un par de días en plan "bajo sin ganas", se va (yo más feliz que unas castañuelas) y de golpe y porrazo el ovario derecho (creo que me tiene manía) comienza a pegarme martillazos diciendo "te he engañado! aquí estoy!!" y zas! Baja de nuevo pero con mayor intensidad... 

  • Conocer a los padres de tu pareja: Yo lo viví como suelo vivir estos momentos, en plan vergüenza propia y sentimiento del ridículo. Cualquier movimiento que yo haga me da la sensación de que la estoy cagando, así que actúo como siempre lo hago... calladita y buena niña.  Tuve la suerte que con la presentación de los padres de mi marido, mi suegro fue un bendito y me sentí muy agusto.

  • La primera felación: Sonará cutre, pero no lo hice si no había un condón en medio y no fue por el tema de enfermedades, que podría haberse dado el caso, pero fue por puro "respeto" e incluso asco. No asco por la polla de mi marido, pues es todo gloria, sino porque me daba cosa meterme eso en la boca que supongo que será la misma sensación que tiene los hombres al vernos espatarradas pidiendo "cómeme lo". En ese momento mi mente comenzó a actuar royo "se la habrá lavado?" y el miedo a que se corriese, pero tuve la gran suerte que mis inicios fueron patéticos y al pobre no se corría, simplemente porque lo hacía fatal y no le daba margen al pobre a sentir placer. Yo era como una especie de robot. Boca abierta, arriba y abajo sin tocarle, ni nada... y menos aún de mover la lengua, mi lengua estaba en fase REM, así que como he dicho, no le di opciones a que tuviera posibles corridas pues seguro que sentiría más metiéndola en un tocho que en mi boca... Pobrico mío..
Estas son algunas cositas pero quedan tropecientas, así que ya continuaré en el próximo post que sino acabará siendo un monólogo aburrido y pesado.

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