Bienvenid@s a este blog que para mí sin lugar a dudas es muy especial... ¿El motivo? Que desnudo mis pensamientos



martes, 20 de octubre de 2009

Detesto estar de cara al público

Me encantaría decirlo gritando a los 4 vientos que detesto o quizás mejor dicho, ODIO estar de cara al público.

Comencé hace unos 3 años y pico, en tener trato con los clientes. Quizás el lugar no era el más adecuado, El Corte Inglés, pero la verdad es que de esos 2 años que pasé allí, no tuve ni un solo enganche con la clientela e incluso podría decir que estaba muy agusto. Estaba en el departamento de dietética y aquella clientela era fabulosa. Siempre se cae en los tópicos de que los adinerados son los más prepotentes y los más complicados de tratar... pues la verdad era bien distinta, la educación era fabulosa y el trato inmejorable. 

El caso que dejé aquella empresa y me metí en otra también dedicada la dietética y nutrición. Al principio estaba encantada con la zona y la clientela, aunque no acababa de gustarme esa obsesión por que les "regalara" alguna cosa... La clientela básicamente se componía de la 3ª edad, hipertensos, diabéticos... hasta que aún hoy en día sigo teniendo a esos clientes (con su obsesión por los regalos), también he pasado a tener a chulescas (mujeres 90% mujeres y 10% hombres) las cuales no tienen donde caerse muertas y te tienen como si fueras su puñetero felpudo...

Cada vez tengo menos paciencia e incluso creo que la he perdido totalmente. Me resulta imposible arrastrarme ante alguien que no tiene educación, que no es capaz de responder un "buenos días" y menos aún poder poner buena cara a preguntas insistentes o dudas de mi profesionalidad
Ese motivo hace que cada vez esté más apagada en mi puesto de trabajo. Que cada día esté más asqueada ver entrar a alguien por la puerta y aunque hay gente que es maravillosa, pesan demasiado la gente prepotente que consideran que he de lamer sus pies en el momento que pisan la entrada.

Por ello muchas veces considero que los que estamos de cara al público nos volvemos exigentes, hasta un punto que puede llegar a ser un problema pero también es cierto que el cliente, jamás ha sido fácil y en muchas ocasiones cuando pierdo el tiempo en Internet en mirar foros de quejas, ves a personas sacando auténtica mierda de sus bocas de tiendas, restaurantes y demás, por grandiosas estupideces. 

El cliente exige demasiado, incluso aseguro que exige más de lo que debe y los trabajadores, sea la rama que sea, somos menos pacientes. Si hubiera un equilibrio de las dos partes, seguramente todo iría a las mil maravillas. Seguro que todas esas empresas en las que ya no confían en los clientes por estafas, intento de trapicheos, etc etc, serían mínimas... porque al fin de cuentas, pecamos justos por pecadores y las empresas ya no se van con milongas y los clientes seguimos exigiendo algo que ni nuestra familia sería capaz de dar.

Pero lo que tengo muy claro, que cada vez el cliente tiene menos educación y decir "buenos días" les resulta totalmente imposible.

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