Felices Fiestas

Desde hace mucho tiempo llevaba encima la mala suerte de no poder celebrar estas fiestas como debía de ser. Hace algunos años atrás desde el primer familiar que falleció, se acabaron las fiestas en mi casa. Todo eran caras tristes, largas y lloros. Mi madre intentaba poner de su parte y hacerlo lo más llevadero posible, pero le costaba, pues a fin y al cabo, mi padre no cedía y a ella en la mirada se le reflejaba las pocas ganas que tenía de reir.

Era una actitud que no la entendía. Por tios y abuelos que ya no estaban, veía que mis Navidades habían acabado para el resto de mis días y no lo consideraba justo. Me replanteaba el hecho de que en un futuro cuando tuviera niños, si ellos vivirían las cosas del mismo modo, si verían a sus abuelos apáticos y amargados porque fulano de tal hacía 20 años que estaba muerto... Llegué a pensar que yo era egoista, pero a día de hoy considero que ha sido más egoista el hecho de que por culpa de esa sensación,, yo no supiera ya qué significaba unas felices fiestas... Pero eso llego a su fín, esa sensación de tristeza y apatía que se vivía.

El año pasado las cosas no estaban demasiado bien. Mis padres se acababan de separarse y eran las primeras fiestas que tenía que pasar por separado. La separación fue tormentosa por lo tanto las fiestas no fueron bien, a excepción de mi madre que ella puso muchas ganas, pero por otro lado mi padre estaba apático... sintiéndose "abandonado" y "solo"...

Pero este año ha sido diferente y gran parte de ello lo ha contribuido mi marido. Mis padres parecen que hayan superado la separación y que cada uno hace la vida a su manera. Curioso que juntos no fueran capaces de reir o disfrutar de unas Navidades y en cambio, 1 año después de la separación, estén bien y no se note ese ambiente de "tristeza" por los que ya no están. Pero por otro lado está mi marido, que se había propuesto que estas Navidades lo pasáramos como debiá de ser. Tanto fue la insistencia, que hasta arbolito de Navidad compremos... y se hizo el show de Papa Noel, donde a media noche fue a poner los regalitos bajo el árbol, algo que me hizo mucha ilusión.

Suena infantil o cursi, pero es un detalle que se agradece y más cuando llevaba 8 años con esa sensación de "fiestas para llorar de pena", así pues, estas son unas Felices Fiestas para mí.